Sostenibilidad e inclusión social

Por Alejandra Espinosa Harris, directora ejecutiva de TRASO Colectivo de Transformación Social

Durante el año 2022, el trabajo colaborativo en favor de la región, impulsado por las empresas a través de Colectivo TRASO, su instrumento estratégico para el impacto y la inversión social, nos permitió gestionar entornos, promover programas y proyectos, fortalecer vínculos y atender necesidades de las comunidades, conformadas no sólo por los actores comunitarios, sino por distintos roles dentro de los cuales se encuentran las empresas, lo político y lo civil, reconociéndonos como un todo en función de un territorio.  Este cambio de narrativa es más que un ajuste del discurso, es una creencia auténtica de que si bien estábamos cerca, es necesario movilizarnos más allá del relacionamiento tradicional con los grupos de interés, muy válido en la estructura de reportes de sostenibilidad, a desarrollar en virtud de nuestra realidad de país, una comunidad de impacto colectivo, que se fundamenta en el diálogo, la confianza y la cocreación de propuestas que promueven el desarrollo de la región y generan prosperidad para todos.

El Banco Mundial a través de su departamento de prácticas mundiales de sostenibilidad e inclusión social señala que para superar los obstáculos que les impiden a los personas en crítica situación de vulnerabilidad social y económica, participar plenamente en la sociedad y determinar su propio futuro, debemos promover esfuerzos y gestionar acciones en función de tres principios: crear sociedades más inclusivas, mejorar el empoderamiento de los ciudadanos y promover comunidades más resilientes y pacíficas. 

Por ello, nos sentimos muy orgullosos de las acciones que gracias al compromiso de nuestras empresas pudimos desarrollar en 2022 y seguir ejecutando en 2023, en el marco de nuestras líneas estratégicas y alineados con esa visión global de construir comunidades sostenibles, con ciudadanos más responsables y participativos, con el diálogo social como bandera para la superación de los desafíos que en materia de pobreza aún tenemos por delante. 

Por moda no hablamos de impacto colectivo, es parte del ADN de esta organización, esto se confirma al recordar cómo nace Colectivo TRASO, creado por varias empresas y organizaciones importantes de la ciudad, que luego fueron convocando cada vez más para construir en comunidad y no en solitario, con un propósito claro y poderoso. 

Hoy ese propósito está más vigente que nunca y es nuestro desafío diario estar a la vanguardia, siendo capaces de aportar valor impulsando apuestas e inversiones sociales cada vez más rentables, de lo que cada uno podría lograr de manera individual, que si bien también se requieren y no debe dejar de suceder, nuestra sociedad moderna en clave de los rendimientos de una economía de la colaboración y el tamaño del reto en nuestra ciudad y departamento, nos exige ser más arriesgados y más generosos en nuestra apuesta de impacto. 

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