“Veamos el mundo como un lugar compartido desde la generosidad”

Llevar comida a la mesa es un paso, enseñar sobre qué significa una comida balanceada y qué representa para el desarrollo, sobre todo en la primera infancia, es un salto. “El panorama de la seguridad alimentaria va empeorando en Cartagena, pero preocupa sobre todo los niños de 1 a 5 años. En los comedores comunitarios no hay suficientes alimentos para llegar a toda esta población que lo necesita, por eso decidimos comenzar a trabajar por Cartagena a través de Huellas sostenibles”, cuenta Rebeca Peña, gestora ambiental y egresada de la primera cohorte de la Escuela de Liderazgo Público.  

Esta organización liderada por Rebeca tiene como misión llevar alimento recuperado de manera digna a los comedores comunitarios en El Pozón, Líbano, Boston, El Silencio, Henequén, Villa Estrella, entre otros barrios, y reunir a las líderes comunitarias para contarles cómo lograr un plato más nutritivo.  

“La idea es que educamos a lideres comunitarias para que los menús sean cada vez más coloridos, con proteínas, frutas, verduras. Muchas veces nos sentamos en la idea de que si no nos afecta no nos movemos, pero es muy importante que empecemos a ver el mundo compartido desde la solidaridad, salir de nuestra pecera y poder comenzar a crear un mundo de redes, poder conectarme con el otro, sentir lo que el otro está viviendo, porque en espacios como este se crea tejido social”, explica.  

Su trabajo alrededor de la seguridad alimentaria comenzó por curiosidad al escuchar hablar de la iniciativa Plato lleno, que se realizaba en Argentina, se contactó con los organizadores y ese fue el punto de inicio para Plato lleno Cartagena, luego Huellas sostenibles, y a partir de ahí seguir tejiendo su red con otras fundaciones que trabajan en este mismo sentido alrededor del mundo.  

Trabajar en colectivo por esas causas que mueven nuestras fibras es sin duda una lección que retumba después de escuchar la pasión con la que Rebeca asume la lucha por la seguridad alimentaria en Cartagena y Bolívar. 

Sobre la Escuela de Liderazgo  

“Fue sin duda una experiencia transformadora. Entré teniendo muchas opiniones que venían de las emociones y con muchas prevenciones con respecto a la política. Pasar por la Escuela de Liderazgo fue reconciliarme con lo público, entender las posibilidades alrededor del trabajo desde esa área, aprendí a interpretar la información, aterrizar mi opinión a argumentos, pensándolo más, siendo más reflexiva y analítica. Y fue entender el poder del trabajo en colectivo”, detalla Rebeca, quien hoy hace parte de la Red de Líderes de la Escuela de Liderazgo Público. 

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