Es jueves por la mañana. El reloj indica las ocho en punto. Seis voluntarios lectores de la Refinería de Cartagena arriban cargados de historias y cuentos a la Institución Educativa Salim Bechara (sede Albornoz) para dar inicio a la segunda jornada de mentorías en lectura que se realizan en el marco del programa de Voluntariado Corporativo que la Fundación Mamonal está promoviendo en esta escuela de la mano de esta empresa afiliada y aliada.
Quince minutos después arranca la sesión de lectura. Los voluntarios se reparten en parejas por los diferentes salones del colegio con sus respectivos libros en las manos. ¡Están ansiosos, contentos y expectantes! Inicialmente llegan a los grados de transición, primero y segundo, y dependiendo de las edades de los niños y niñas se escogen los libros para ser leídos.
¡Tres, dos, uno… empieza la hora de lectura!
Bertha Caro y Doris Aparicio se quedan con los más pequeños, en Transición. Los niños se concentran con la lectura del cuento ‘El inventor de pájaros’. Los chiquitines reconocen durante la narración, los colores, objetos y los nombres de los personajes.
Rafael León y Álvaro De Voz se desplazan al grado Segundo. “No sé qué habría hecho sin Cachihuaca, es mi humano favorito”, enfatizó el lector en la última frase con la que este gran cuento que habla acerca del valor de la amistad, finaliza. Los estudiantes se notan confundidos con ese final de la historia, pues no lo esperaban, todos estaban pesando que Cachihuaca era un monstruo y no humano. Con esto, Rafael invita a los colegiales a reflexionar que cuando se lee, se deben tener los sentidos muy afinados para comprender el sentido de los textos, en ellos puede haber mucho más por descubrir.
Margarita Ramos y Ana Barrios se encuentran en el grado Primero. Los estudiantes se “rehúsan” ante el personaje del cuento a quien no le gusta la sopa. Los libros son ilustrados, con mucho color, amenos, didácticos, permitiéndoles a los niños adentrarse en otros espacios y otras esferas del mundo que los llevna a enamorarse de la lectura y a hacer de esta una fuente de sabiduría para sus vidas.
La mañana está llena del bullicio que identifica la escuela. Se escuchan los pájaros cantar.
La jornada continúa
Terminando con los primeros cursos, los voluntarios se dirigen ahora a los salones de 4º y 5º. Son las 8:45 a. m.
Los más grandes participan activamente de la jornada, hacen preguntas, opinan, contextualizan y se comprometen a leer cuentos en casa con sus familias, para que en la siguiente sesión ellos sean los que cuenten las historias.
“Esta es una experiencia única que me remonta a cuando yo les leía cuentos a mis hijos antes de dormir. Ellos ahora están grandes no había vuelto a tener esta hermosa experiencia. Valoro estos momentos de disfrute con los niños, venir acá, leer estas bellas historias con ellos, no tiene precio. De aquí nos vamos con una energía positiva y con las ganas de volver siempre”, dice Bertha Caro, voluntaria y asistente del área de Responsabilidad Social de la Refinería de Cartagena.
‘El pollo Pepe’ es uno de los cuentos preferidos por los estudiantes. Se escucha hablar por el patio, “seño, yo quiero que me lean otra vez El pollo Pepe”. Esta gran historia enseña que gracias a la comida podemos crecer y que las mamás siempre están presentes y al cuidado en esta etapa de crecimiento.
Ese timbre que suele escucharse cuando cambian las horas de clases anunció el final de la jornada. Las manecillas del reloj apuntaban las 9:15 a. m. Los voluntarios no quieren irse. Los niños y niñas se despiden con gran emoción de sus mentores de lecturas, y los docentes agradecen en gran manera la propiciación de este espacio. “Gracias a Fundación Mamonal y Refinería de Cartagena por este apoyo y apadrinamiento fantástico. Queremos agradecerles en nombre de todo el cuerpo directivo de la Institución Educativa y los niños”, dice Damaris Valdomino Cano, profesora del grado Primero.
“Este espacio me parece oportuno y gratificante porque los niños disfrutan la lectura, los textos vienen muy ilustrados, didácticos y tienen movimiento cuando se les hace la narración. Además ellos están muy receptivos y motivados. Los frutos se están viendo, porque cuando ustedes se van yo sigo haciendo preguntas para afianzar la actividad y ellos responden asertivamente”, agrega la profesora.
Epígrafe
Este programa de Mentorías pone al servicio de las comunidades el apoyo personalizado de voluntarios, que en medio de sus jornadas laborales donan una parte de su tiempo para generar transformación social en el entorno, aportando con sus capacidades y talentos a la formación de estudiantes, docentes y comunidad en general. En esta línea de Voluntariado se tratan temas en Salud y seguridad, manejos administrativos y financieros, comités de convivencia, informática, bilingüismo y clubes de lectura.
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