Durante el I Foro de Educación Inclusiva “nuestro compromiso con la diversidad social”, realizado en la Universidad de San Buenaventura, nuestra coordinadora de Educación, Alexandra Herrera fue una de las ponentes invitadas. Les compartimos el texto de su conferencia.
Por Alexandra Herrera Puente
Por el derecho a la utopía y el derecho a soñar. Esa posibilidad de andar con un propósito, un bien mayor que, aunque no se logra de inmediato, te permite avanzar y darte cuenta que en la vida lo más gratificante es lo que está dotado de un sentido profundo. Porque en la vida es fundamental insistir, persistir y jamás desistir.
Aquello significa, reconocer las brechas que hoy caracterizan el sector, aunque no me detendré en señalar al detalle estos aspectos, cierto es que, en materia de indicadores de eficiencia interna como cobertura y deserción, así como evaluación externa, pruebas saber, somos una de las ciudades del país con resultados más críticos.
Si bien el país cuenta con instrumentos legales y de política relacionados con la garantía del derecho a una educación para todas y todos, estos no determinan las acciones concretas e inversiones que deberían garantizarse para que se materialicen en la práctica y además sean sostenibles en el tiempo, trascendiendo un plan de gobierno específico.
Muchas son las discusiones frente a la importancia por ejemplo de incrementar los recursos en educación, pero pocas las propuestas de cuánto, cómo y sobre todo para qué y de qué manera se deben invertir.
En el programa de Calidad, por ejemplo, se menciona la importancia de contar con procesos de formación a maestros, directivos docentes, equipos de apoyo a la gestión y administrativos que teóricas, sino que acompañen la implementación en las aulas, formación continua, especializada y a la medida.
Otro aspecto fundamental en calidad tiene que ver con una educación en la que la emoción y la cognición van de la mano. Un especial énfasis en el desarrollo de competencias socioemocionales y plan de vida desde la etapa escolar.
En el programa de cobertura se contempla el fortalecimiento de procesos de caracterización de la población y búsqueda activa; se ha identificado que, aunque en Cartagena el 36% de la población se auto reconoce como población negra, afro, palenquera y raizal, lo que equivale en 2017, a cerca de 368.958 personas (DANE, 2005), según los registros del SIMAT en 2016, solo el 8% (14.341) de los estudiantes aproximadamente se auto reconocen como parte de un grupo étnico. Aunque el registro de víctimas de conflicto armado se dice que la ciudad cuenta con cerca de 100.000 personas víctimas, en el SIMAT no supera el 3%. (4.494). en cuanto a discapacidad, el SIMAT reporta 4.131 estudiantes, de los cuales cerca del 77% presentan algún tipo de deficiencia cognitiva.
En el programa de pertinencia, el énfasis está en fomentar una cultura de innovación y emprendimiento desde la etapa escolar, que reconozca la segunda lengua como una herramienta fundamental para enfrentarse a un mundo globalizado. Esto implica entre otros, identificar instituciones educativas en las que su primera lengua sea palenquero y su segunda lengua el español. De igual manera, se contempla fortalecer la educación terciaria con posibilidades de continuidad de la cadena de formación técnica, tecnológica y profesional.
Finalmente, en el programa de gestión educativa, el reto está en lograr fortalecer la institucionalidad, desde la SED, las UNALDES y los establecimientos educativos, con equipos interdisciplinarios que permitan dar un abordaje integral a los procesos formativos de los estudiantes que responda a sus características particulares desde escenarios colectivos.
Una educación con enfoque diferencial, que responda a necesidades colectivas e individuales. Que aporte a la construcción de una identidad de ciudad y de país que incorpora la diversidad étnica y cultural como una de sus riquezas más valiosas. Una educación que se da en ambientes dignos y propicios para el aprendizaje, donde los niños aprenden cada vez más y mejor, donde cada uno de los entornos en los que transcurren la vida de los niños se convierte en un escenario de protección integral.
Sueño una educación que responda a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes de hoy, donde se forme y acompañe a maestros y rectores en los procesos de mejoramiento continuo. Una educación donde cada acción tenga una intención de aprendizaje, donde se planee, se gestione, se articulen esfuerzos desde lo público y lo privado. Donde no existan brechas en la calidad de formación que reciban los niños. Que articule todos los niveles de formación, desde educación inicial, hasta educación superior y terciaria. De acceso y oportunidad para todas y todos.
Finalmente, una educación en donde la familia y la comunidad sean gestoras de su propio desarrollo, protagonista de los procesos que se gestan en la escuela y convencidas de que el camino más seguro para ser felices y tener mayores y mejores oportunidades es la educación.
Un mensaje final, recuerden que la responsabilidad social también es personal, el inicio de la transformación se da en cada uno, desde adentro hacia afuera. Desde el lugar en el que decidan estar tienen mucho para dar a esta Cartagena que tanto nos necesita y a la que todos soñamos diferente.
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