A través de las acciones de voluntariado las empresas conectan sus propósitos empresariales con las necesidades del entorno. Sumando esfuerzos para lograr que grandes cosas sucedan.
La importancia de contar con programas empresariales que incentiven el voluntariado corporativo, permitiendo que los colaboradores su sumen a grandes iniciativas, es una opción cada vez más clara para las organizaciones de todo nivel. Sin importar qué tan grandes o pequeñas puedan ser las acciones, está claro que con cada granito de arena se puede ir transformando la realidad del entorno.
Conversamos con Melissa Campo Solano, quien desde hace más de un año está vinculada a la Fundación Mamonal, coordinando las acciones y recursos que se recaudan a través de nuestro Fondo Unido, como representantes de United Way (www.unitedway.org)en Colombia.
Considero que uno de los logros más importantes fue trabajar junto con nuestros aliados frente a la transformación del enfoque de lo que es una acción voluntaria con sentido, yendo más allá de ejecutar acciones filantrópicas. Por otro lado, conseguir el desarrollo de un mayor número de acciones voluntarias así como el incremento en la participación de voluntarios en estas.
El 2017, fue un año de retos para la organización en términos de voluntariado y considero que vamos por un buen camino. El voluntariado es una estrategia que va más allá de realizar actividades, el Voluntariado Corporativo es una fuerza poderosa que ayuda a cambiar muchas actitudes de nuestra sociedad.
Cerramos el año, con 7 empresas vinculadas en acciones de voluntariado: Reficar, MeadJohnson Nutrition, Procter and Gamble, ExxonMobil, Termocandelaria, Dow Química y Lamitech. Tuvimos 17 jornadas realizadas, donde contamos con más de 130 voluntarios, en tiempo eso representa más de 9.500 horas donadas, y principalmente las acciones se concentraron en programas de adecuación o implementación de huertas escolares (con doble enfoque en siembra y alimentación saludable), mejoramiento de ambientes escolares, ambientes saludables, entrega de kits, entrega de regalos navideños, cuidado y aseo personal, y un tour navideño.
Las empresas y los voluntarios buscan una transformación visible dentro de las acciones y que perdure en el tiempo, así mismo a través de estas acciones generar un trabajo en equipo que permite que tanto el voluntario como la comunidad educativa o donde se realice la actividad asuman responsabilidades para que sea un éxito. En ese sentido, hemos adelantado por ejemplo, adecuaciones a huertas caseras y escolares, y mejoramiento de ambientes en las escuelas, donde tanto voluntarios como representantes de las comunidades educativas han sumado esfuerzos para alcanzar los logros propuestos.
Gracias al voluntariado, los empleados desarrollan habilidades claves para la empresa como son el servicio al cliente, liderazgo, capacidad para trabajo en equipo, empatía, tolerancia, innovación, etc. Ello se traduce en un mayor rendimiento y, por ende, en mejores resultados. El voluntariado no solo mejora las habilidades de los trabajadores, sino que permita que aumenta el compromiso con las necesidades del entorno. Al mismo tiempo, incrementa su autoestima, generándoles un sentimiento de satisfacción por poder ayudar a los demás. Ello tiene una incidencia directa en la mejora del clima laboral.
El voluntariado es la mejor herramienta para implicar a los empleados en la estrategia de Responsabilidad Social Empresarial y la gestión sostenible de las compañías. Se sienten parte de ella, identificándose con los valores corporativos y convirtiéndose en los mejores embajadores de la marca. Las acciones de voluntariado enriquecen la comunicación interna, creando nuevas relaciones entre los empleados de diferentes departamentos, áreas y niveles de la organización. Así mismo mejoran significativamente la imagen y reputación de la empresa. Además, las actividades de voluntariado corporativo tienen un impacto altamente positivo para la sociedad en su conjunto.
Claro que sí, logran un crecimiento exponencial, ampliando la cantidad de voluntarios disponibles. Surgen nuevas personas dispuestas a colaborar con este tipo de causas (que antes no lo habían hecho, quizás, por no haber encontrado ocasión) y pueden difundir la experiencia en sus círculos sociales: trabajo, familia, amigos, etc. Sensibiliza a trabajadores que, a priori, no tenían un especial interés por estas actividades, al tener una opción de vida más individualista. La experiencia de la Fundación Adecco ha constatado que hay un porcentaje importante de empleados que descubren su espíritu social gracias a que la empresa les brinda la oportunidad. Al sensibilizarles, se generan cambios de conducta, por ejemplo, empiezan a considerar en mucho mayor grado el impacto social que tendrán sus decisiones.
Considero que la mayor retribución que cualquier persona puede tener al ser voluntario es saber que su servicio desinteresado por la comunidad y por las personas ayuda a transformar la vida no solo de aquellos a quienes con amor se ayuda sino la de sí mismo.
Que se atrevan y se unan a transformar vidas porque ciertamente tenemos más gozo cuando damos que cuando recibimos. A través de estas acciones acortamos la brecha social y económica entre personas de diferentes niveles socioeconómicos. Y por supuesto, estas acciones generan un nuevo canal de comunicaciones entre la empresa, sus empleados y la sociedad, una nueva manera para VIVIR UNIDOS.
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