Medellín lleva una ventaja marcada en Colombia cuando se trata de formular y ejecutar políticas públicas, por eso su experiencia en la construcción de este tipo de documentos cobra tanta relevancia para pensar en el territorio y en los sujetos objeto de derechos que motivan este trabajo en específico.
Hugo Alexander Díaz Marín, director de la Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo en Medellín, que es el programa de la Alcaldía de Medellín que brinda educación inicial y promueve el desarrollo integral, diverso, incluyente y autónomo de los niños, las niñas y sus familias durante sus primeros cinco años de vida, estuvo en Cartagena contando su experiencia en la construcción de políticas públicas y cómo garantizar que pasen del papel a la acción.
“Medellín lleva tiempo apostándole a la construcción de políticas públicas, por eso tenemos hoy una de educación y un plan educativo municipal que fue construido hace unos años y que nos marca una ruta, pero hoy se nos presenta una nueva oportunidad y es cómo revalidar ese plan educativo municipal en perspectiva de Medellín como distrito de ciencia, tecnología e innovación, por eso tenemos que estar pensando a Medellín ya no como ciudad sino como distrito y eso implica unas transformaciones educativas y culturales importantes, al mismo tiempo tenemos una política pública de primera infancia que estamos en el proceso de actualizar, esa actualización implica un reto de articulación entre lo que es esa primera infancia con la infancia y en términos educativos lo que es la educación inicial con la educación básica primaria y secundaria”, indicó Díaz Marín.
La apuesta en Medellín es clara: la construcción colectiva de los escenarios con la participación de todos los actores sociales, institucionales, privados, no gubernamentales, “le apostamos a mesas de trabajo y hacer un ejercicio donde todos se sienten partícipes y ayuden en esta construcción”.
Los factores indispensables
Para el director de Buen Comienzo hay cuatro factores que no pueden faltar, que son indispensables, cuando se construye una política pública. El primero es pensarlo de forma integral. “Debe ser una apuesta, por ejemplo, si hablamos de educación no podemos verlo como un simple componente o una prestación de un servicio, sino que como un derecho igual al derecho de ser protegidos, a la salud, a la identidad, siempre leído en perspectiva de derecho”.
Y el segundo “indispensable” es precisamente esa perspectiva de derecho del sujeto, que permite ver al niño o niña, al ciudadano, no como un dato o un formato, sino como una persona que siente, sueña y tiene expectativas, “y en la construcción de una política pública siempre hay que pensar en el sujeto, pero no solo como objeto de la prestación del servicio”.
La articulación intersectorial e interdisciplinaria, es esa tercera clave fundamental para lograr los propósitos en la construcción de la política pública, para Díaz Marín una entidad sola no logra la garantía de derechos y la mirada integral, sino que tiene que ser una mirada desde múltiples actores.
La cuarta clave en este proceso es la voluntad política. “Y cuando hablo de la voluntad política no me refiero solo al Estado, me refiero a la voluntad política del aliado, del padre de familia, del Concejo municipal, de las entidades que hacen parte de esta garantía de derecho, porque si una falla se cae el proceso”.
Para el director de Buen Comienzo se trata de construir voluntades políticas, de generar una identidad de modelo de la ciudad que queremos todos, leer, interpretar y acudir a ese llamado de la ciudad. “Porque si seguimos pensando la política pública desde una mirada individual, cada uno va apuntar a sus indicadores, pero nunca vamos a apostar al más importante que es la garantía de derechos, por eso es vital soltarse de egos independientes, egos institucionales, y apostarle a una construcción de ciudad”.
¡Hay que ponerle ‘dientes’!
Solo hay una forma en la que podemos garantizar que la política pública no termine llenándose de polvo en alguna gaveta, y es, en palabras de Díaz Marín, “poniéndole dientes”.
“La única manera de que una política pública se haga verdaderamente efectiva es cuando yo le pongo dientes, y cómo lo hago, de manera inmediata generada la política generado el plan, un plan quinquenal, decenal, un plan docenal, cualquier plan que baje al “hacer” los propósitos que plantea la política pública, ese ideal frente al grupo que estamos soñando, eso hay que bajarlo a acciones puntuales, y a esas hay que ponerles metas, indicadores, y recursos, y decir de dónde saldrán. Si no lo hago así vamos a seguir construyendo muchas políticas públicas, y vamos a seguir en un Estado no garantista de derechos”, señaló.
Trabajar en colectivo, sin miedos
El fantasma de la privatización parece constantemente acechar cualquier iniciativa en que empresas u organizaciones no gubernamentales quieran participar, aportar, construir, pero para el director de Buen Comienzo el miedo es injustificado y el fantasma definitivamente es eso, algo que no existe.
“Colombia tiene un problema de memoria, ese miedo a trabajar con el privado podía sustentarlo en un estado de derecho, constitución política del 86, pero la Constitución del 91 nos enfocó en un estado social de derecho, que parte de los derechos individuales, de la garantía de derecho y del hacer de cada uno de los actores en esa perspectiva, si yo entendiera como Estado que el privado tiene una responsabilidad en ese derecho, entendería que el privado es un actor fundamental en la construcción de cualquier política pública, por ejemplo, toda empresa privada utiliza mano de obra y ¿quién es la mano de obra?, el ciudadano que todos los días padece la falta de garantía de derechos, un ciudadano feliz es un empleado feliz y más productivo, por ende, la empresa privada tiene un rol fundamental en la garantía de derechos”, explicó Díaz Marín.