Sonia Gedeón y Rosario Meléndez, dos mujeres que construyeron confianza
En el ámbito de la comunicación, donde las palabras no solo informan sino que inspiran y transforman, existen voces que han dejado una huella profunda y duradera en las audiencias y en el tejido organizacional de sus ciudades. Este es el caso de Sonia Gedeón y Rosario Meléndez, dos comunicadoras sociales que, a través de décadas de trabajo incansable y un amor profundo por Cartagena, han impulsado el cambio y fortalecido el sentido de comunidad en su entorno. Su reciente reconocimiento en la tercera edición del Foro “El Rol Estratégico de la Comunicación”, de la alianza ANDI-TRASO, es un merecido tributo a su trayectoria y dedicación, pero su legado abarca mucho más que un homenaje.
La trayectoria de Rosario Meléndez: una vida dedicada a la comunicación y la comunidad
Rosario Meléndez, o María Rosario Meléndez Tapia, como la llaman oficialmente, es reconocida en el medio como una de las periodistas más apasionadas y comprometidas de Cartagena. Con más de 35 años de experiencia, su carrera abarca prensa, radio, televisión y, en los últimos años, comunicación organizacional. Durante una conversación con ella, su entusiasmo y su dedicación a la profesión emergen con claridad. Meléndez recuerda cómo, en sus inicios, “vivíamos de la chiva”, aquel momento de primicia en el que los periodistas se adelantaban a sus competidores con las noticias más importantes. Para ella, uno de los logros que más recuerda fue cuando logró cubrir la separación de las primeras siamesas en Colombia en el Hospital Universitario de Cartagena, una historia que fue titular en la primera página de El Tiempo y que con el que se le sacó la delantera a varios noticieros nacionales.
“Nosotros teníamos que buscar, que vivir la noticia, que saber dónde estaba”, recuerda con una sonrisa de orgullo. Durante cuatro días seguidos, Meléndez hizo guardia en el hospital y transmitió información exclusiva a la redacción de El Tiempo. Su dedicación y precisión en el cubrimiento de esta noticia se convirtieron en un ejemplo de ética y responsabilidad periodística, dos valores que ella considera esenciales para cualquier comunicador. Su experiencia en medios masivos, donde tuvo roles en Telecaribe, El Tiempo, y Noticiero Nacional, moldearon su visión de la comunicación como un acto de servicio a la comunidad.
Rosario destaca además la importancia de la comunicación organizacional no solo en empresas sino también el sector público, un área en la que también incursionó, y que recomienda a los jóvenes comunicadores explorar como una de las mejores maneras de conocer en profundidad los enormes retos que demanda la comunicación corporativa y estratégica. Para ella, esta vertiente de la profesión es una forma de conocer “cómo el Estado puede desarrollar proyectos, cómo se gasta el dinero público, y cómo se pueden hacer investigaciones que beneficien a la comunidad”. Su paso por esta área le enseñó que el trabajo de un comunicador no se limita a contar historias, sino que también puede ser una herramienta para el cambio social y el desarrollo de las comunidades.
La pasión de Sonia Gedeón: del periodismo cultural a la sostenibilidad empresarial
Por su parte, Sonia Gedeón ha dedicado su vida profesional a la ciudad que la vio nacer y crecer. “Amo mi ciudad, nunca pensé en abandonarla”, confiesa. Su primer trabajo fue en El Universal, en un momento en que el periodismo todavía tenía marcadas afiliaciones políticas. Fue la primera persona en Cartagena en llegar con un título en Comunicación Social, en una época en la que el periodismo local era eminentemente empírico. Sin embargo, Sonia tenía claro que su pasión no estaba en perseguir a los personajes públicos ni en cubrir las noticias de manera frenética. “Siempre quise ser una periodista de temas reposados, sin molestar, sin cruzar un micrófono sin permiso”, comenta.
Uno de los momentos más significativos de su carrera fue cuando decidió apoyar a su padre, quien había sido nombrado alcalde de la ciudad. En aquellos tiempos no existía una figura establecida de jefe de prensa para los funcionarios, y su rol se convirtió en un ejercicio de aprendizaje y de acercamiento con Cartagena. A través de este trabajo, Sonia conoció las problemáticas y necesidades de la ciudad desde una perspectiva privilegiada y pudo percibir cómo las comunicaciones podían impactar el desarrollo de una comunidad. Este vínculo con la ciudad y su gente la llevó a asumir un nuevo reto como vocera del Hotel Hilton, el primer hotel verde de Colombia. Aquí, durante 17 años, lideró campañas de sostenibilidad y medio ambiente, mucho antes de que estos temas cobraran relevancia en el ámbito empresarial.
Uno de sus logros fue la campaña “Una opción de vida”, orientada a crear conciencia medioambiental y responsabilidad social en una época en que estos conceptos apenas empezaban a desarrollarse. A lo largo de esta etapa, Sonia lideró iniciativas que transformaron la percepción de los cartageneros hacia el Hilton, consolidando la imagen del hotel como un agente de cambio en la ciudad. Bajo su liderazgo, el Hilton se convirtió en un referente nacional de responsabilidad social y ambiental, logrando premios como finalista en los premios Portafolio en la categoría de medio ambiente y un reconocimiento internacional en Holanda.
La enseñanza y el legado de dos comunicadoras que transformaron Cartagena
Ambas comunicadoras coinciden en su visión sobre la ética y la responsabilidad en el periodismo, que consideran pilares inquebrantables de su práctica profesional. Rosario subraya que “la veracidad y la responsabilidad son fundamentales para generar confianza en la audiencia”. Sonia, por su parte, pone en relieve la necesidad de la sostenibilidad en los proyectos de comunicación: “No vale la pena hacer un proyecto que se quede en un cajón, todo en la vida debe tener proyección para que les sirva a las futuras generaciones”.
Rosario y Sonia han dejado un ejemplo claro para las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores: el compromiso con la verdad, el servicio a la comunidad y la capacidad de adaptarse a los cambios en el ámbito de la comunicación. Para ellas, el rol del comunicador va más allá de informar; es un compromiso con el desarrollo de su entorno y con la construcción de una sociedad más justa y conectada. “Toda empresa o entidad que quiera desarrollarse debe tener un comunicador social que conozca las historias de su comunidad y que pueda transmitirlas”, afirma Rosario.
Sonia, por su parte, mira con satisfacción el crecimiento de las comunicaciones organizacionales en Cartagena, un sector que ella misma ayudó a consolidar. Desde aquellos primeros boletines informativos cuando acompañaba a su padre, hasta el equipo de comunicaciones del alcalde y las secretarías de hoy, Sonia ha sido testigo y parte activa de la profesionalización de este ámbito en la ciudad. Su mensaje para las nuevas generaciones es claro: “El verdadero impacto de un comunicador se mide por su capacidad de inspirar y construir sostenibilidad en su entorno”.
Un legado que trasciende generaciones
El Foro “El Rol Estratégico de la Comunicación” no solo reconoció la trayectoria de estas dos comunicadoras, sino que también celebró su impacto en el ámbito social y comunitario de Cartagena. La labor de Sonia y Rosario trasciende las noticias y los proyectos empresariales; ambas han sabido construir confianza y credibilidad, valores esenciales en un mundo en el que la información circula a una velocidad abrumadora. Ellas también son parte fundamental de la historia de esta ciudad. Han construido un legado que inspira a las nuevas generaciones a ver la comunicación como un puente entre las personas, un vehículo de cambio y un pilar de sostenibilidad.