Tomar conciencia. Ese es para Lina Mendoza, psicóloga y coach ontológico, el primer paso para romper inercias y generar cambios, transformaciones. “La conciencia genera movimiento y también nos impulsa a asumir el poder personal que tenemos”, indica.
Generada esa conciencia, nos encontraremos muy seguramente en un espacio de “no certeza” que nos llevará a eso que Bob Dunham llama “el borde del aprendizaje”, un espacio en el que no sabemos hacia donde ir, qué hacer, y es el siguiente paso el que importa, el que nos lleva a arriesgarnos, a tomar acción y por consiguiente dar respuesta a ese cómo.
“Aunque estar en ese borde no es tan cómodo, es un sitio que nos permite abrirnos a posibilidades nuevas, salir de lo conocido, de donde hemos estado, romper inercias y avanzar hacia dónde queremos”, explica Mendoza, quien estuvo invitada al primer encuentro presencial 2022 del Comité de Comunicaciones de la alianza ANDI-TRASO, en el que se conversó alrededor de “comunicar el futuro que nos importa” con los responsables de comunicaciones de las empresas afiliadas.
Mejor en colectivo
Es ese paso entre romper la inercia y aprender el cómo uno de los que genera las condiciones más complejas y de mayor aprendizaje, puede llegar esa sensación de impotencia, por eso es vital “no hacerlo solos”.
“Hay que juntarnos, articular esas posibilidades, y ser conscientes de que sí podemos operar en nuestra zona de influencia, que sí tenemos control ahí, que sí puedo accionar en lo doméstico, en lo accesible, en lo cotidiano, en el día a día y es ahí donde podemos generar todos estos movimientos para articular y que cada vez el espacio de influencia sea más grande y crear esa masa crítica que nos llevará a generar esas transformaciones sociales que estamos necesitando.
La misma complejidad a la cual nos enfrentamos hace que tengamos que unir miradas, valorar la diferencia, mirar los diferentes aportes que trae cada uno para no quedarnos en una comprensión reducida desde nuestra propia experiencia geográfica y saberes, el hecho de complementarnos con todas esas miradas produce una red, un colectivo que da paso a acciones, a propuestas y apuestas mucho más grandes, más ambiciosas y de mayor alcance”, detalla Mendoza.
Frente a toda esta complejidad que vivimos hoy como sociedad, frente a la incertidumbre de la vida, Mendoza trae a colación un término del coach Juan Vera, que calza para este momento de la historia: articulador de posibilidades.
“Cuando abrazamos una idea, un sueño, nos juntamos a través de las conversaciones para articular futuro, para construir ese futuro que todos estamos anhelando y deseando, y este Comité de Comunicaciones es un ejemplo, esta conversación sostenida a partir de qué nos inquieta, qué nos duele, qué nos mueve, qué amamos, qué nos importa cuidar en esta ciudad para generar esos provocadores, despertar esas inquietudes y logar movilizar aquello que queremos para salir de las inercias y poder construir las realidades que todos estamos anhelando”.