Historias inspiradoras en la Escuela de Liderazgo Público para Mujeres

“Veníamos de un patriarcado, solo el hombre parecía capaz de liderar…” así comienza Vilma Barrios Osorio, docente, líder del área de Educación de Fundación REI y estudiante de la Escuela de Liderazgo Público para Mujeres, esa anécdota que puede marcar sin dudas un antes y un después en su formación como líder.

Hace poco se enfrentó a uno de los retos más difíciles durante su carrera. La fundación para la que trabaja se quedó sin algunos contratos y en sus aulas no había ni un solo estudiante, el reto era, mientras se subsanaba la situación para retomar la contratación, encontrar la forma de mantener en marcha el área que dirige.

“En algún momento un hombre en un área de liderazgo me dijo que si el colegio quedaba en mis manos se iba a caer, básicamente que no iba a poder. Y en ese momento me dejé intimidar muchísimo. Si esa misma sentencia la hace hoy, después de la Escuela de Liderazgo para Mujeres, le diría: falso. Soy una mujer capaz de lograr muchísimas cosas, y mira, la realidad lo confirma”, cuenta orgullosa Vilma, quien asegura que tener una red de apoyo en sus compañeras de clase, escuchar sus palabras de aliento fueron fundamentales para seguir adelante.

Hoy, Vilma y su equipo de trabajo han conseguido apadrinamiento de empresas privadas y personas naturales para casi 80 niños y niñas en condición de discapacidad. “Hoy en el aula tenemos 95 estudiantes, de esos solo 23 están pagando una mensualidad. No ha sido fácil, ha sido fruto de un gran trabajo en equipo, y al tiempo estamos cerca de obtener ese documento que nos falta para retomar nuestra contratación”.

La Escuela de Liderazgo Público para Mujeres gradúa en esta semana a su primera cohorte, que es posible gracias al apoyo decidido de Corteva, y a la articulación entre ANDI Seccional Bolívar, la Universidad Tecnológica de Bolívar, Seres Consulting y Colectivo Traso.

“Yo creo que la Escuela ha sido una de las cosas más espectaculares que ha pasado en mi vida. Este fue un espacio en el que se generaron lazos con personas, compañeras, nos empoderamos. Me ayudó muchísimo, he cambiado mi discurso, siento más seguridad, es valioso y poderoso reconocer que nosotras valemos tantos, lo sabía, pero conocer la historia nos da más poder”, dice Vilma.

 

Una historia que dice “sí se puede”

Vilma es cordobesa, llegó a Cartagena hace 17 años para empezar su vida laboral en un colegio en El Pozón, donde estuvo por 9 años, inicialmente como profesora, luego como coordinadora de disciplina, coordinadora académica y hasta directora encargada, allí recopiló mucha de su experiencia en el hacer y el saber hacer. En el 2015 escuchó sobre la convocatoria de REI y se presentó convencida de que no podría quedar porque no tenía experiencia en educación especial.

Sin embargo, y para su sorpresa, terminó siendo la persona seleccionada, y después de esa confirmación se enfocó en aprender. “Comencé a buscar y a inscribirme en formaciones con ese componente de educación especial.  Aquí crecí como ser humano… llegué siendo una y soy otra persona. Trabajamos con población muy vulnerable y muy abandonada, ellos son los últimos, este trabajo fortalece tu templanza, tus valores y cada día te levantas queriendo venir a ayudar”.

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