¿Existe conciencia ambiental en la ciudad de Cartagena?

Por Alexander Velasco Sanabria, coordinador de Desarrollo Social de la Fundación Mamonal

 

Cada día residentes y visitantes, son testigos de las problemáticas ambientales que padece Cartagena. Afectaciones en los cuerpos de agua, ausencia de árboles, contaminación por ruido y residuos sólido en nuestros barrios, son solo algunos de los problemas ambientales que enfrenta la ciudad y quienes por placer o negocios, en ella convivimos.

 

Según datos de Cartagena Cómo Vamos, en la ciudad persisten problemas de contaminación en los cuerpos de agua por alta presencia de coliformes fecales. La proporción de árboles en la ciudad es de un árbol por cada diecisiete habitantes, cifra muy baja teniendo en cuenta los servicios eco sistémicos que estos prestan en la reducción del ruido, la contaminación, la generación de sombra y oxígeno; contradictorio además a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que señaló la importancia de “tener al menos un árbol por cada tres habitantes para mejorar la calidad del aire”. Se presentan niveles de ruido por encima de la norma y cada cartagenero produce en promedio 1,12 kg de residuos sólidos diarios.

 

Los sectores económicos, que tienen un enorme compromiso de cara a la mitigación de los efectos sobre el ambiente, cada día por normativa o por responsabilidad social empresarial, implementan medidas que reducen sus impactos frente al ambiente. Sin embargo aún les queda un largo camino por recorrer en la tarea de implementar mejores prácticas en los procesos industriales que reduzcan aún más los impactos sobre el ambiente.

Pero, ¿existe conciencia ambiental en la ciudad de Cartagena?

La construcción de esta conciencia colectiva, que se materializará en una disposición habitual para hacer el bien ambiental, es una construcción de todos; empresarios de los diversos sectores económicos, los administradores de los entes territoriales, la academia y en general, del ciudadano que vive y se nutre de esta ciudad. 

 

Adquirir conocimiento del ambiente de nuestra región, participar en los procesos de conservación del ambiente desde nuestra cotidianidad, investigar e implementar prácticas innovadoras para el cuidado del ambiente, movilizarse por la defensa del cuidado del ambiente y legislar para que existan leyes y programas que promuevan su desarrollo en la comunidad y en el ámbito escolar o social, son algunos de los retos que debemos asumir desde ya con nuestra población económicamente activa en todos los estratos sociales.

 

Así mismo, Cartagena, con más de un millón de habitantes, es una ciudad con población mayoritariamente joven. Es en este grupo poblacional la educación y la creación de cultura ambiental, aparte del ejemplo de los mayores, la clave para garantizar impactos significativos en la disminución de las problemáticas ambientales que padece la ciudad. Formar a nuestros niños, niñas y adolescentes en educación ambiental permitirá que la sociedad cuente con herramientas que día a día permitan la construcción de esa conciencia colectiva ambiental que requerimos con urgencia.

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