Certificación de agentes educativas de Pasacaballos, una apuesta por la primera infancia

Entregarles herramientas que potencien su gestión y estrategias utilizadas en el acompañamiento que hacen a los niños y niñas de 0 a 5 años, fue el objetivo del proyecto denominado Empoderamiento de mujeres, una iniciativa de Corteva y Colectivo Traso, que contó con la participación de 33 agentes educativas y dos maestras de la comunidad de Pasacaballos.

El proyecto incluyó la formación de las agentes a través del diplomado en Neurodesarrollo, aprendizajes y procesos educativos en la primera infancia, orientado por la Corporación Universitaria Rafael Núñez, así como también el fortalecimiento de habilidades ofimáticas y capacidades para el aprendizaje virtual a través de mentorías realizadas por un grupo de 13 voluntarios de la empresa Corteva.

Estas 35 mujeres, que se dedican al cuidado, enseñanza y atención de niños entre 0 y 5 años, recibieron hoy su certificado del diplomado en Neurodesarrollo infantil, en evento al que asistieron representantes de las entidades aliadas.

Fueron 240 horas de formación, entre encuentros grupales y acompañamientos personalizados, con el objetivo de formar desde los enfoques sistémicos, lúdicos, diferenciales e inclusivos de las nuevas concepciones del neurodesarrollo infantil y en las apuestas específicas hacia la primera infancia.

 “Estas agentes y docentes tienen un papel protagónico en la formación de nuestra primera infancia, por eso es importante su participación en este proceso de mejora continua para articular con excelencia esta labor fundamental que tienen”, aseguró Alejandra Espinosa Harris, directora de Colectivo Traso.

 “Es muy importante que nuestros niños y niñas puedan desarrollar desde muy temprana edad procesos formativos y cognitivos, y para esto es vital que quienes están al frente de este proceso tengan los conocimientos, las habilidades y competencias para lograr esa meta”, explicó Carlos Almanza, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Corporación Universitaria Rafael Núñez.

En el grupo de graduadas hay 33 agentes educativas del ICBF y 2 maestras de transición, quienes no solo aceptaron el reto de aprender sino hacerlo de la mano de las nuevas tecnologías. “Este programa deja una huella en todas nosotras. Nos retaron a acercarnos a la tecnología, tanto que aún no nos sacamos la tablet de la cabeza, pero aprendimos, y hoy si bien no somos expertas, le damos guerra al manejo de esos aparatos tecnológicos”, dijo Luz Estela Caballero, agente educativa de Pasacaballos.

El programa cerró está experiencia con buenos indicadores. Una permanencia del 100% durante todo el proceso formativo y con la evidencia de que las agentes educativas y docentes formadas terminaron el diplomado con un mejoramiento del 100% en la capacidad de diferenciar conceptos de neurodesarrollo, explicar conceptos de matemáticas y reconocer la importancia de la ciencia.

Además del componente formativo, el programa de Empoderamiento de Mujeres tuvo un destacado componente de voluntariado empresarial. Fueron 13 voluntarios de Colombia y México quienes acompañaron a las 35 mujeres, sobre todo para apoyarlas en su acercamiento a las nuevas tecnologías. El resultado de este ejercicio dejó 153 horas de voluntariado y la conformación de una red de voluntarios para transformar la primera infancia.

“Era mi primera vez como voluntario. Lo que más me impactó era cuando alguna de ellas decía: hice esto con mis niños; era entonces cuando me daba cuenta de que más allá de esas sesiones, había personas que estaban siendo realmente impactadas. Éramos un grupo de apoyo, con nietos e hijos, y eso hace más especial la tarea, ustedes son 35 pero son muchos más los chicos que estaban detrás de todo esto”, señaló Juan Pablo Gómez, voluntario de Corteva.

Con esta iniciativa de Traso y Corteva no solo se formó a 33 agentes educativas y 2 docentes, también hay un impacto directo en los procesos de aprendizaje de 416 niños de Pasacaballos.

“Para Corteva la educación es un pilar fundamental, empoderar a las mujeres es un compromiso. Haber tenido la oportunidad de aportar un granito de arena a las nuevas generaciones es un placer”, finalizó Giselle Cervantes, de Corteva.

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