Así logró Corteva que su misión de empoderar mujeres llegara al ADN de cada colaborador

Escuela de Liderazgo Público para Mujeres

Foto: Archivo Traso 

La estrategia va más allá de un correo esporádico en las bandejas de entrada de todos los colaboradores de la compañía, sin duda no es un paso obligatorio en la gestión de recursos humanos, en Corteva, esa meta de empoderar mujeres llega hasta el ADN de cada colaborador. El camino no ha sido simple, pero sin duda es esperanzador. Giselle Cervantes, coordinadora de Asuntos de comunidad, y Claudia Rico, Gerente de Proyectos y Líder de inclusión, diversidad y equidad de género, compartieron recientemente su experiencia con las participantes de la Escuela de Liderazgo Público para mujeres y contaron cómo lo están logrando.

El primer paso, que seguro parecerá inesperado o que se sale de lo que hemos establecido como “habitual”, fue preguntar quiénes quieren contribuir a la expansión de esta cultura dentro de la compañía, 150 personas alzaron la mano.

“¿Por qué recursos humanos no está liderando? Esa es una pregunta bastante habitual, pero consideramos que es bueno porque no es algo de recursos humanos, por supuesto que es un aliado crítico y trabajamos de la mano, pero esta es una buena forma de permear esta cultura en toda la organización. No es que “eso es lo que recursos humanos ordena”, es que toda la organización, empezando por el área comercial, tenemos que contribuir”, indicó la gerente de proyecto que se lanzó a liderar los procesos de inclusión, diversidad y equidad de género en su compañía.  

Después de identificar a sus voluntarios en esta tarea fundamental, el siguiente paso es afianzar la cultura de pertenencia. “Aquí es súper importante capacitar a la gente. Este es un paso crítico porque no todos tenemos la misma apertura ni venimos de la misma crianza. Entonces fue sentarnos a aprender y a construir ese entrenamiento en sesgos conscientes, en empoderamiento, y así lo hicimos, pero además comenzamos a comunicarnos mucho más con las mujeres de nuestra organización y a preguntarnos qué hace falta para que asciendan, y así arrancamos rutas de mentorías, coaching, seleccionamos líderes de México, Estados Unidos, Brasil y Colombia, quienes se comprometieron con esas asesorías”, agregó Claudia Rico.

Con esos pasos hacia la equidad y el empoderamiento, lo siguiente era tener metas claras dentro de la organización para lograr esa “representatividad diversa”. “Se trata de metas intencionadas para incrementar el número de mujeres en la empresa, y sobre todo en puestos de liderazgo. Esta fue una tarea titánica porque no todo el mundo está dispuesto a trabajar en ese sentido, pensar, al escoger personal, que además pueda ser por ejemplo una mujer. Y hemos logrado importantes metas, en las que seguimos trabajando”.

Con el ADN de la compañía impregnado de los objetivos de inclusión y equidad, llegaba el momento de dar el paso para lograr el impacto externo.

“Una de nuestras metas de sostenibilidad 2030 es empoderar a las mujeres, habilitaremos a los jóvenes e involucraremos a las comunidades, estos son los pilares en los que basamos todos nuestros proyectos. De ahí se gestan proyectos de empoderamiento de mujeres como la certificación a 33 agentes educativas de Pasacaballos en neurodesarrollo, que hicimos de la mano de Colectivo Traso; la educación STEM, con la formación de 25 niñas, para promover que quieran seguir estudiando, pero además que quieran estudiar carreras relacionadas en ciencia, tecnología e innovación”, indicó Giselle Cervantes.

Becas Boomerang y la Escuela de Liderazgo Público para Mujeres, son otras de las iniciativas con las que Corteva, de la mano de Colectivo Traso, traduce su ADN corporativo a transformaciones en las comunidades y grupos de interés.

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