Acción comunal, líderes del futuro y retos por afrontar: “Larga vida a lo colectivo”

“Lo común, lo solidario y lo colectivo tiene todo el futuro del universo”, así comienza Guillermo Cardona Moreno, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Confederación Nacional de Acción Comunal, la conversación alrededor de las Juntas de Acción Comunal del futuro y de los dirigentes comunales que requieren las comunidades.

“Durante la pandemia muchos colombianos sobrevivieron precisamente gracias a la solidaridad, esa que venía de la familia, de su comunidad o de la ciudadanía, eso prueba que lo colectivo tendrá vida eterna”, indica Cardona, quien asegura que es precisamente haber perdido ese potencial de foco lo que ocasionó una dependencia extrema, “casi mendicidad”, de los dirigentes con el Estado.

“El problema principal de las juntas comunales es que han caído en la tendencia de las relaciones del Estado a partir de la intermediación y los servicios del Estado como favores de los políticos, y eso ha llevado a un ambiente de dependencia y degradación, porque cada día las respuestas del Estado a los requerimientos comunales son menos”, aseguró Cardona, quien detalló que durante los últimos 5 años se atendieron desde el Estado menos del 5% de los requerimientos de las acciones comunales.

 “Y como las juntas están pensando en cuánto obtienen del Estado, caen en un estado de incertidumbre, de desesperanza y desconfianza. Lo que estamos diciendo es que la acción comunal tiene futuro, porque los principios de lo común, lo colectivo y lo solidario tiene el futuro de la humanidad, pero la dirigencia comunal ha perdido esos principios, cayó en la dependencia con el Estado, perdió la actuación cotidiana en torno a lo solidario”, resaltó.

Para Cardona, la acción comunal tiene que dar saltos enormes para pasar de relaciones de dependencia, a unas relaciones de derecho, y no perder de vista el potencial de la solidaridad.

Pero no todo se trata de conseguir obras y más obras, también hay una gran preocupación por la construcción de lo comunal a partir de las relaciones interpersonales, y los lazos de confianza y amistad.

“Hay que construir comunidad. Propiciar espacios de encuentro recreativos, de integración comunal. Hay que generar el encuentro en torno lazos de amistad, confianza, hoy se cree que solo nos reunimos para rendición de informe, de avances, asamblea, se ve a la acción comunal como instrumento de uso, y se perdió la reunión como forma de crear confianza y comunidad”, explicó.

Respecto al líder que se requiere desde lo comunal, ese anhelado no para el futuro sino para el ahora, tiene según Cardona las siguientes características.

Es solidario. Actuará bajo la convicción de que la solución de los problemas presentes y futuros de la comunidad, y de la humanidad entera, solamente será posible mediante la organización, la solidaridad y la ayuda mutua.

Autogestionario. Asumirá que la autogestión de la comunidad a partir de sus propias iniciativas, complementada con los recursos públicos, es la principal alternativa para la solución de las necesidades y aspiraciones de su comunidad.

Humanista. Actuará bajo el principio de que el principal recurso para la solución de las necesidades y aspiraciones de su comunidad es su propia gente; que la riqueza más importante de una comunidad es la riqueza humana.

Participativo. Involucrará a los demás directivos y a la comunidad en las actividades y gestiones ante las instituciones públicas y privadas con dos propósitos: uno, para que otros miembros de la comunidad aprendan a gestionar, y dos, para que la junta siempre sea un equipo y no una persona.

Civilista. Actuará bajo el principio de que la organización de la comunidad, en sí misma, es importante para construir lazos de entendimiento, vecindad, fraternidad, encuentro, diálogo, formación ciudadana y tramitación pacífica de las necesidades y aspiraciones de la comunidad, haciendo de la junta un verdadero instrumento de construcción de ciudadanía.

Auténtico. Desechará y combatirá toda práctica perversa de utilización de las Juntas y de los organismos comunales como instrumentos de intereses diferentes a los auténticamente comunitarios.

Visionario. Actuará bajo el principio de que el presente y el futuro son responsabilidad de todos, y se construyen colectivamente.

Ético. Colocará el interés comunitario y público por encima del particular.

Tolerante. Admitirá la controversia y las opiniones diferentes como parte de la real diferencia entre las personas. Nunca pretender imponer sus apreciaciones, sino que buscará mutuos acuerdos o consensos.

Propositivo y optimista. Siempre irradiará entusiasmo y optimismo a la comunidad buscando construir soluciones colectivas a las necesidades y aspiraciones aún en los casos más difíciles. Pocas veces dirá “no se puede”, dirá lo “intentaremos”.